Una advertencia explosiva sobre la "red de seguridad rota" en materia de salud mental en las escuelas

Las escuelas de Inglaterra enfrentan una crisis de salud mental que aumenta la presión sobre los directores y su personal, advierte un informe alarmante.

Una encuesta realizada en escuelas primarias y secundarias reveló que la principal preocupación es el acceso a los Servicios de Salud Mental para Niños y Adolescentes (CAMHS). Las largas esperas obligan a los docentes a cubrir las necesidades, según el informe de la Comisionada para la Infancia, Dame Rachel de Souza.

Escribió: «Las escuelas atienden cada vez a más alumnos con problemas de salud mental y se les pide que cubran las necesidades de los niños que se enfrentan a largas listas de espera para acceder a servicios comunitarios». La encuesta reveló que la seguridad en línea era una preocupación para más de la mitad de las escuelas, y la pobreza y la vivienda también preocupaban a más de una cuarta parte.

Dame Rachel dijo: "La buena enseñanza por sí sola no puede mantener a los niños seguros en casa, no puede mitigar el impacto de vivir en un alojamiento temporal ni puede hacer que vivir con el abuso doméstico sea más fácil.

Y sin ese apoyo adicional, la brecha entre ellos y sus compañeros seguirá creciendo. Sus desafíos no solo residen en el aula, sino más allá de ella, desde problemas de vivienda y salud hasta tener un padre en prisión, el duelo, la necesidad de un trabajador social, el riesgo de explotación criminal o sexual, o las responsabilidades de cuidado.

El Comisionado indicó que el 18% de las escuelas secundarias y el 58% de las primarias cuentan con un consejero de salud mental. Paul Whiteman, presidente del sindicato de líderes escolares NAHT, afirmó que si bien "los líderes escolares desean desesperadamente hacer lo mejor para todos los alumnos y brindarles todo lo necesario para prosperar", la encuesta muestra que "demasiados se sienten frustrados por la falta de recursos".

Pidiendo una "inversión significativa", añadió: "Los problemas de comportamiento y asistencia suelen estar motivados por cuestiones externas a la escuela y, en gran medida, fuera del control de las escuelas; por ejemplo, la pobreza y el impacto del coste de la vida, además de los problemas de salud mental.

Las escuelas deben poder derivar los casos más graves a expertos que puedan brindar apoyo a esos niños y familias, pero en muchos casos, ese apoyo no está disponible o se demora tanto que la situación empeora.

La secretaria de Educación, Bridget Phillipson, dijo: "Hemos heredado un sistema que ha fallado a generaciones y ha dejado a los docentes cargando con el peso de la red de seguridad rota de la sociedad.

Pero estamos cambiando eso: con apoyo a la salud mental en todas las escuelas, ampliando las comidas escolares gratuitas y renovando la asistencia social infantil mediante el Proyecto de Ley de Bienestar Infantil y Escuelas. Gracias a nuestro Plan para el Cambio y nuestro próximo Libro Blanco sobre Escuelas, el origen ya no determinará el destino. Priorizamos a los niños y les brindamos la transformación que merecen.